Dolores Veintimilla De Galindo
Para tener inicios de esta escuela literaria hay que remontarnos al Siglo XVIII en Alemania, ya que es aquí en donde surgió.
Durante una época en donde se vivió las Guerras de Independencia y un año después de nuestra separación de la Gran Colombia nace esta mujer de la cual resaltaremos uno de sus poemas.
Y amarle pude! Al sol de la existencia
se abría apenas soñadora el alma…
Perdió mi pobre corazón su calma
desde el fatal instante en que le hallé.
Sus palabras sonaron en mi oído
como música blanda y deliciosa;
subió a mi rostro el tinte de la rosa;
como la hoja en el árbol vacilé.
se abría apenas soñadora el alma…
Perdió mi pobre corazón su calma
desde el fatal instante en que le hallé.
Sus palabras sonaron en mi oído
como música blanda y deliciosa;
subió a mi rostro el tinte de la rosa;
como la hoja en el árbol vacilé.
Su imagen en el sueño me acosaba
siempre halagüeña, siempre enamorada;
mil veces sorprendiste, madre amada,
en mi boca un suspiro abrasador;
y era él quien lo arrancaba de mi pecho;
él, la fascinación de mis sentidos;
él, ideal de mis sueños más queridos;
él, mi primero, mi ferviente amor.
siempre halagüeña, siempre enamorada;
mil veces sorprendiste, madre amada,
en mi boca un suspiro abrasador;
y era él quien lo arrancaba de mi pecho;
él, la fascinación de mis sentidos;
él, ideal de mis sueños más queridos;
él, mi primero, mi ferviente amor.
Sin él, para mí el campo placentero
en vez de flores me obsequiaba abrojos;
sin él eran sombríos a mis ojos
del sol los rayos en el mes de abril.
Vivía de su vida apasionada;
era el centro de mi alma el amor suyo;
era mi aspiración, era mi orgullo…
¿Por qué tan presto me olvidaba el vil?
en vez de flores me obsequiaba abrojos;
sin él eran sombríos a mis ojos
del sol los rayos en el mes de abril.
Vivía de su vida apasionada;
era el centro de mi alma el amor suyo;
era mi aspiración, era mi orgullo…
¿Por qué tan presto me olvidaba el vil?
No es mío ya su amor, que a otra prefiere.
Sus caricias son frías como el hielo;
es mentira su fe, finge desvelo…
Mas no me engañará con su ficción…
¡Y amarle pude, delirante, loca!
¡No, mi altivez no sufre su maltrato!
Y si a olvidar no alcanzas al ingrato,
¡te arrancaré del pecho, corazón!
Sus caricias son frías como el hielo;
es mentira su fe, finge desvelo…
Mas no me engañará con su ficción…
¡Y amarle pude, delirante, loca!
¡No, mi altivez no sufre su maltrato!
Y si a olvidar no alcanzas al ingrato,
¡te arrancaré del pecho, corazón!
Lo que podemos ver aquí mediante este poema es como ella se siente arrepentida por el enamoramiento a corta edad, también expresa ese amor profundo y sincero que siente hacia el. Cuando ella reconoce que el le es infiel, confiesa su arrepentimiento por haber sido prisionera de sus ilusiones y por haber sido engañada.
Sin embargo para ella su dignidad y su orgullo no pueden ser ofendidos, es por eso que menciona que si ella no alcanza a olvidarse de el preferiría la muerte antes que el deshonor.
“Mamacita adorada;
Perdón una y mil veces, no me llore; le envío mi retrato, bendígalo: la bendición de la madrea alcanza hasta la eternidad.
Cuide de mi hijo….Dele un adiós al desgraciado de Galindo. Su Dolores”
Estas fueron las últimas palabras escritas por Dolores Veintimilla, la cual se casó a los 18 años de edad pero sufrió el abandono del mismo, a sus 27 años en la noche del 23 de Mayo de 1857 decide quitarse la vida.
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