Pablo Palacio, nació en Loja en el año de 1906. Hijo de madre soltera y su padre no lo reconoció, en su infancia tuvo un accidente que le dejo una huella imborrable, y por el cual se piensa perdió la razón y muere después de siete años de sufrimiento en 1947.
Palacio, fue un escritor muy original, impredecible y contracorriente; hizo una propuesta literaria mucho más atrevida y algo opuesta a la de su época, algo sarcásticos y con un humor negro, por lo que se hablo mucho sobre sus escritos en los 90.
Por su peculiar forma de escribir, cualquier persona podría reconocer un libro de Pablo Palacio, solo alguien como él podría imaginar cosas de tal naturaleza y por lo mismo también fue uno de los más discutidos, y hasta admirado por los jóvenes escritores de Quito.
Este audaz escritor, publicó tres libros: “Un hombre muerto a puntapiés”, “Débora” y “Vida del ahorcado”, también escribió varios cuentos que salieron publicados en diferentes revistas, unos de estos fueron: “Inquietud”, “El frío”, “Los Aldeanos”, “Comedia inmortal”, “Gente de provincia”, etc.; y el libro con el que se inicia en la literatura: “El Huerfanito”.
Para adentrarme un poco más en su escritura, hablare de dos de sus tres libros, “Un Hombre muerto a puntapiés “y “La vida del Ahorcado”.
“Un hombre muerto a puntapiés” se publica en 1927 en el que se recopilan varios cuentos; es un libro muy controversial, por el que Palacio fue duramente criticado por la sociedad de esa época, los críticos y escritores decían que se transportaban a un mundo de extremada ordinariez, con personajes que rayaban en lo vulgar, los cuales solo despertaban asco.
La gente no estaba acostumbrada a ese tipo de escritura y fue muy chocante para muchos leer algo así. Lo tildaron de anti-romántico, por el elevado contenido sarcástico del libro.
“La vida del Ahorcado” aparece en 1932, pocos años antes de que comenzara su terrible enfermedad; en este libro Palacio habla en primera persona. La historia no es clara puesto que Palacio, no logra mantener el hilo de la narrativa, sino que se desvía siempre del tema, y escribe pensamientos vagos que su mente imagina en el momento menos oportuno. Habla de su soledad, ahuyenta fantasmas que lo persiguen, y no tiene personajes, varias veces menciona a una tal “Ana” pero no se sabe quién es.
En este libro está muy clara la compleja forma de pensar de Palacio, que sería muy difícil de imitar por alguien.
Único, esta es la palabra con la que se puede describir a Pablo Palacio, muy cerrado en su mundo al momento de escribir, haciendo que las realidades pequeñas sean tomadas en cuenta por la sociedad; con una trayectoria muy corta, pero que sin duda alguna dejo grandes huellas en la literatura ecuatoriana por lo cual se lo considero uno de los más importantes escritores de la historia.
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