Palabras… ¿Qué sería del mundo sin las palabras?... sin esa arma de doble filo, con la cual puedes acariciar el alma de una persona, o al contrario, destrozarle la vida a otra… palabras que se las lleva el viento, pero que sin duda alguna muchas de ellas, duelen más que los golpes… o palabras que enamoran, y te construyen un mundo perfecto…
Es tan complejo ponerse a hablar del poder que tiene la Palabra. Sin embargo, muchos dejan a un lado las palabras y prefieren las acciones, hemos escuchado la típica frase “No construimos nada con palabras sino con hechos”… pues bien, ¿y si no pudiéramos decirlo? ¿Y si tan solo nos dedicáramos a hacer las cosas sin consultar o sin decirle a nadie? Vendrían los problemas, los reclamos, etc… y la típica pregunta ¿qué pasa con la comunicación?... y es de allí donde se derivan tantos temas, si decimos o no, si hacemos o no…
Y si no existiera la palabra, no hablaríamos, no escribiríamos, no podríamos leer… entonces, ¿dónde habría quedado la poesía, las novelas, tantas obras que se desarrollan por medio de las palabras??
Ahora, ¿qué pasa cuando callamos? ¿Dónde queda nuestro derecho a decir lo que sentimos o lo que pensamos?.. Pero por otro lado, ¿deberíamos decir todo lo que pensamos?.. ¿Qué es más inteligente, desahogarse o solo callar y obedecer?... muchas interrogantes verdad?... Bueno podríamos pasar horas de horas, debatiendo sobre lo que se debe decir o no, si debemos callar o no, si con nuestro silencio ganamos o no… es que hasta tenemos derecho al silencio…
Según varias experiencias que he tenido, en la mayoría de los casos, he optado por el silencio, por callar y obedecer o perdonar, en el caso que sea… y luego analizando yo mismo lo que he hecho, me digo, No!! Debí haber dicho esto y lo otro… Pero, sin embrago ya lo deje pasar… y es en esos momentos cuando aparece la rabia o impotencia, por haber callado, y el cuestionario en la cabeza que no nos deja en paz, atormentándonos por haber callado y no defender nuestro criterio… y la otra cara de la moneda es cuando hablamos de más… ahí también nos atormentamos por haber dicho cosas que no venían al caso… momentos en los que las palabras solo salen… momentos en los que las palabras prefieren esconderse….
Así pasamos nuestras vidas… tratando de decir lo que pensamos, sin tener razón; callando a los demás, sin tener el derecho a hacerlo; o en el mejor de los casos, diciendo lo que debemos siendo delicados y prudentes… y es que… ¿hasta dónde llegar con las palabras???
Pienso que las palabras muchas veces nos dan libertad, pero también, nos la quita… ¿Qué piensan ustedes???
Johana Monserrate